Mi casa es un caos, hasta la gata está desorientada. Todo este tema de la mudanza me tiene medio loca. Quisiera poder acostarme a dormir y despertarme ya en mi nueva casita sólo con las cajas para desembalar y arrancar con nuestra nueva vida. La cosa no es solo embalar lo que hay, sino que tenemos que descartar un montón de cosas porque el lugar a dónde vamos es más pequeño, queda a 400 km de BsAs y el flete tiene una capacidad máxima. Hoy por ejemplo vinieron a buscar todos los muebles y otras cosas más, un lote de más de 40 artículos para subastar. Lo más valioso eran los muebles antiguos pero espero que podamos sumar algunos pesitos. Es subasta así que no me hago muchas ilusiones pero era la única posibilidad porque el tiempo apremia.
Estamos viviendo onda hippie durmiendo con los colchones en el suelo y toda la ropa de los placares repartidas en bolsas de consorcio negras. Con el apuro de vaciar todo no tienen etiqueta así que cuando me vienen las chicas a pedir algo se complica un poco.Ya más o menos por la ubicación sé que tiene cada una.
Ah, otra cosa ayer la vaciada la hiciemos casi toda a luz de vela porque hace dos días que se viene cortando la luz. No sé se quemó un transformador en la zona o algo así.
Y para completar este colorido relato hoy temprano se larga a llover mientras estaban todos los muebles afuera. Por suerte el flete estaba a 20 cuadras y todo llegó bien a destino.
Terminé deshecha, me dolía el cuerpo por hacer fuerza para ayudar a mi marido a mover los muebles y los nervios por la lluvia. Si se mojaban se arruinaban los muebles así que a cargar lo más rápido posible todo.
Por suerte pude dormir una siesta. Cuando me levanté me puse un rato a tejer mientras tomaba unos mates en la mesa improvisada que tenemos. Tejer me acomoda un poco las nueronas, me relaja y logré olvidarme un poco todo el caos y disfrutar la merienda.
Y.... tomé estas fotos. Mis lanas, mi mate, mis galletitas de canela y avena, una hermosa canasta que me compró mi gordo en una feria americana con un trabajo que retomé ahora que ya terminé la manta zig zag, mi hija mayor pintando enfrente mío, el cuaderno nuevo de notas forrado con unos dibujos que imprimí y pinté buscando doodling en google. Esto de pintar también relaja, tiene razón mi amiga española. Así fue mi tarde que fue un toque de paz y color dentro del caos. Ahí van las fotos.
Empecé un almohadón redondo |
Mi cuaderno doodling de un lado y del otro pintado con los marcadores de mi hija del cole. Los que sobrevivieron.
Mi hija pintando y las galles desaparecieron |
Andrea, soy afortunada de poder ver desde tan lejos tu mudanza que describes tan bien que me siento como si estuviese ahi. Pena que no sea verdad porque podria ayudarte con mi citroen berlingo (tengo una furgoneta si, la compré por Boni, para que tuviese mas espacio).
ResponderEliminarSé que este desorden te trastorna pero a un tiempo me alegro de él porque significa que un proyecto no se queda en eso, en proyecto.
Ole tu y un brindis por los que se arriesgan a cumplir sus sueños.
Besitos, cielo
Uyuyyy!!! bueno respirá hondo y dale para adelante. No hay otra, hay que pasarla. Solo pensá en tu nueva casita! 400 km. es mucho, será un cambio grande.
ResponderEliminarEl tejido siempre ayuda!! besos
Sara ya estamos en la recta final de este proyecto que hace mucho que deseábamos. A mí me gustaría que estuvieras más cerca no para hacerte trabajar sino para invitarte a conocer mi casita nueva. Igual siempre estás cerquita de mi corazón. Un beso enorme. Gracias.
ResponderEliminarRosana muchas gracias por tus palabras y sí el tejido me despeja la cabeza y cuando veo los colores me alegran el alma. El cambio es grande pero es ahora o nunca y ya es tarde para tirarse atrás. Un besote. Ya les contaré como me va.
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